[ARTÍCULO DESTACADO]Todo lo que aprendimos gracias a las muestras del Apolo 11
Cuando los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins regresaron a la Tierra tras su histórico alunizaje, no lo hicieron solos. Trajeron muestras, y muchas. Luego de medio siglo, estas muestras han cambiado nuestro entendimiento sobre cómo se forman los planetas y muchas cosas más, ya que su análisis no ha concluido. Hoy veremos cómo ha cambiado nuestro entendimiento.
“Las muestras lunares aportaron evidencias convincentes de que la formación de planetas es muy violenta. Esto cambió por completo nuestra visión de estos procesos, que antes del Apolo se consideraban relativamente fríos y provocados por la lenta acumulación de pequeños objetos ”.
resume a Sinc Richard Carlson, investigador del Carnegie Institution for Science.
Lo interesante detrás de estas rocas es su edad. La Tierra está geológicamente activa, por lo que es difícil encontrar rocas viejas. Por otro lado, en la superficie lunar podemos encontrar rocas de entre 4000 y hasta 4400 millones de años de antigüedad. Dichas rocas nos aportan muchísima información. Por ejemplo, sobre la formación de la Luna. Esta se originó cuando un gran objeto del tamaño de Marte, golpeó la Tierra. Eso, generó muchos cambios en la composición del planeta, como la pérdida de componentes volátiles como el agua.

También estas muestras cambiaron nuestra concepción sobre la naturaleza de la Luna. Antes se creía que el satélite se formó en frío, y que las cuencas oscuras representaban viejos océanos cuya agua se había evaporado. La realidad descubierta fue algo opuesto; la Luna se había formado en caliente. Su gruesa corteza se separó por la flotación de cristales formados en un océano de magma en enfriamiento.
Las cuencas tampoco eran las consecuencias de océanos previos, sino cráteres que fueron resultado de los impactos de meteoritos que no han sufrido erosión. Estos impactos también revelan mucha información ya que la superficie lunar ha registrado la mayor parte de la historia del bombardeo de meteoritos del Sistema Solar interior por esa imposibilidad de erosionarse.
La superficie lunar nos muestra que en el principio del Sistema Solar, el impacto de meteoritos era algo común. De hecho, en esas épocas, hubiera sido imposible para la vida desarrollarse. También sirve para estudiar otros planetas. La edad de los cráteres lunares ha sido determinada gracias a las muestras llevadas gracias a los alunizajes. Estas permiten calibrar la antigüedad de las superficies de Marte y Mercurio en función de la densidad de cráteres.

Entre 1969 y 1972, las misiones Apolo recogieron 382 kg. de muestras lunares, que procesadas llegaron a ser más de 11.000. Richard comenta que todavía hay mucha información que todavía espera ser revelada sobre la formación y geología de otros planetas y lunas. Esto se debe a que siempre se están desarrollando técnicas nuevas. También, las distintas generaciones de científicos se ven limitados por la tecnología de su presente. Aunque las muestras se tomaron hace 50 años, no pudieran revelar todos sus secretos inmediatamente.
Un ejemplo de esto podría ser que cuando se analizaron por primera vez, no se pudo detectar la presencia de agua en ninguna de las muestras. Eso reforzó la idea de que la Luna era un ambiente árido y que toda el agua se evaporó en el gran impacto que le dio origen. Nada más lejano a la realidad. Nuevas técnicas permitieron detectar agua en esas muestras, eso sí, en muy bajas concentraciones. En la actualidad se sabe que la Luna es seca, pero no está completamente libre de agua.