El análisis de los cambios cerebrales ocurridos por pasar tiempo en el espacio.
Comentábamos por qué el cerebro envejece debido a pasar tiempo en el espacio, ahora prestamos atención a una de sus consecuencias, la pérdida de equilibrio y otros cambios cerebrales asociados.
Hay problemas causados por la exposición a la microgravedad que se corrigen con el paso de un par de semanas a una “gravedad normal” en nuestro planeta. Están relacionados a los problemas de equilibrio causados por el deterioro de la materia blanca. Pero los cambios cerebrales que los causaron podrían durar incluso más tiempo.
En estudios futuros, mencionados en la fuente de este y el artículo anterior, se planea evaluar las exploraciones a partir de medio año transcurrido después del vuelo espacial. Eso se realizaría para ver cuánto tiempo persisten los cambios, qué cosas los causan y cómo se relacionan con los cambios en la visión y otros problemas de salud posteriores al vuelo. Esas son preocupaciones clave para el turismo espacial y viajes espaciales extendidos, como las misiones a Marte.
La razón por la que el espacio afecta el equilibrio de los astronautas en la Tierra es que los brazos y las piernas en la microgravedad no envían mucha información sensorial al cerebro, por lo que la forma en que las vías cerebrales procesan la información cambia. Pero las implicaciones no sólo afectan a los astronautas, sino también a nosotros, aunque es más probable que pasemos mucho tiempo en el sillón que en una cápsula espacial.
Es un hecho que tenemos un estilo de vida cada vez más sedentario, claramente no es lo mismo que los efectos en las extremidades en el espacio, pero lo que si, es que estamos sin movernos, sin usar nuestros cuerpos.
“Estar saludables no sólo implica no tener enfermedades, eso sólo es una parte de un trípode que se acompaña de una buena alimentación, y la que creo que es la más fuerte de las tres; hacer ejercicio, estar activo permanentemente es la clave.”
Matías Olate
¿Podría verse afectada la integridad de las vías de materia blanca en el cerebro? Sin duda. Ya tenemos otra razón para un estilo de vida activo.