Valetudo, el “Bicho raro” de Júpiter
El martes pasado comentábamos: “Júpiter sin dudas es el planeta, en nuestro Sistema Solar, que posee más lunas. Hasta ayer tenía 67, pero hoy ese número se elevó a 79 ya que se han encontrado 12 lunas más. Once de ellas podríamos llamar “normales” y la que queda, la podríamos clasificar como “un bicho raro””. Las nuevas lunas estaban en agrupaciones, un grupo retrógrado, uno prógrado y la que analizaremos a continuación,Valetudo, bisnieta del dios romano Júpiter, que es la diosa de la salud y la higiene.
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“Nuestro otro descubrimiento es un bicho raro y tiene una órbita como ninguna otra luna joviana conocida. También es probable que la luna más pequeña conocida de Júpiter tenga menos de un kilómetro de diámetro“, comentaba Sheppard. Está más lejos e inclinada que el grupo prógrado; el período orbital es de unos 18 meses alrededor de Júpiter. Pero curiosamente el astro que está en la zona de la lunas retrógradas externas cruzándolas, va en dirección prógrada. Por eso, son mucho más posibles las colisiones. “Esta es una situación inestable. Las colisiones frontales se romperían rápidamente y reducirían los objetos al polvo“, dijo Sheppard. Es posible que las agrupaciones lunares orbitales que se ven, se podrían haber formado de esta manera.
El equipo cree que esta pequeña luna podría ser el último remanente restante de una luna en órbita mayor que formó algunas de las agrupaciones lunares retrógradas durante colisiones pasadas. Analizar las complejas influencias que dieron forma al recorrido de la luna daría información sobre los primeros años de nuestro Sistema Solar. Por ejemplo, saber que las lunas más pequeñas en los grupos orbitales de Júpiter todavía son abundantes sugiere que las colisiones que las hicieron pasaron después de la era de la formación planetaria, cuando el Sol todavía estaba rodeado por un disco de gas y polvo.
Por sus tamaños, los cuales rondan de uno a tres kilómetros, estas lunas están más influenciadas por el gas y el polvo que las rodean. Si esta materia primas hubieran estado presentes cuando la primera generación de lunas de Júpiter colisionara para formar sus actuales agrupaciones de lunas, el arrastre ejercido por cualquier gas y polvo restante en las lunas más pequeñas habría sido suficiente para hacer que se movieran en espiral hacia Júpiter. Su existencia muestra que probablemente se formaron después de que este gas y polvo se disiparon.