En febrero de 2024, los informes de un planificado arma espacial nuclear rusa renovaron los temores de la Guerra Fría de la militarización de la órbita terrestre. Todo comenzó cuando el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EE. UU., Mike Turner (R-Ohio), emitió una declaración pública pidiendo al presidente Biden que desclasificara toda la información relacionada con un arma espacial nuclear que Rusia supuestamente está desarrollando.
Al día siguiente, el asesor de comunicaciones de seguridad nacional de la Casa Blanca, John F. Kirby, aseguró al público que “aunque la búsqueda de esta capacidad particular por parte de Rusia es preocupante, no hay una amenaza inmediata para la seguridad de nadie”.
“No estamos hablando de un arma que pueda usarse para atacar a seres humanos o causar destrucción física aquí en la Tierra”
John F. Kirby.
No está claro si la posible capacidad rusa se refiere a una ojiva nuclear en el espacio o a un arma antisatélite de algún tipo impulsada por energía nuclear. Sin embargo, el supuesto arma espacial nuclear rusa encendió discusiones sobre el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre (OST), un acuerdo internacional que estableció las normas de comportamiento en el espacio. El Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre se creó en respuesta al desarrollo de misiles balísticos intercontinentales, que viajan por el espacio en su camino hacia sus objetivos.
Pero desde entonces, las superpotencias espaciales han desarrollado muchas otras capacidades de naves espaciales y armas diseñadas para atacar satélites desde la Tierra, amenazar otras naves espaciales desde la órbita o incluso lanzar ataques contra objetivos terrestres desde el espacio. Estados Unidos, la Unión Soviética y el Reino Unido fueron las primeras tres naciones en ingresar al tratado en 1967, y hoy 114 países lo han firmado.
A la luz de estos desarrollos, muchos formuladores de políticas y expertos se preguntan:
¿Es hora de un nuevo Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre?
Sharon Squassoni es profesora de asuntos internacionales de la Universidad George Washington cuya investigación se centra en reducir los riesgos derivados de la energía y las armas nucleares. Cuando se trata de la posibilidad de un nuevo tratado para prohibir su desarrollo o despliegue, Squassoni le dijo a Space.com que Rusia hoy sufre problemas de credibilidad que podrían estancar la cooperación internacional…
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