El pasado 14 de marzo, el módulo lunar privado Blue Ghost, operado por Firefly Aerospace, logró capturar imágenes impresionantes de un fenómeno astronómico único: un eclipse lunar que, desde la perspectiva de la Luna, se aprecia como un eclipse solar.
Lo que vemos desde la Tierra
Cuando ocurre un eclipse lunar, la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, proyectando una sombra sobre esta última. Aunque la Luna no desaparece por completo, la atmósfera terrestre filtra las radiaciones solares, dejando pasar principalmente las de color rojizo-anaranjado. Este efecto es lo que da lugar a la famosa “Luna de sangre”.
La perspectiva desde la Luna
Desde la superficie lunar, la situación es muy distinta. El eclipse lunar se traduce en un eclipse solar. Es decir, la Tierra bloquea parcialmente la luz solar que alcanza a la Luna, creando un espectáculo de sombras y luz. Este fenómeno resulta en un “anillo de diamante” visible, una vista extraordinaria captada por Blue Ghost desde su posición en el Mare Crisium, un mar lunar ubicado al norte del icónico Mar de la Tranquilidad.
Retos para el módulo lunar
El eclipse no solo trajo vistas impresionantes, sino también desafíos. Durante las cinco horas que duró el evento, el módulo enfrentó temperaturas extremas, pasando de 40 °C a -170 °C. Además, al depender de la energía solar, tuvo que operar con baterías de respaldo, ya que la luz del Sol estuvo ausente durante este tiempo.
Pese a estas dificultades, Blue Ghost cumplió con su misión, brindándonos imágenes fascinantes del eclipse. Firefly Aerospace ya ha anunciado que publicará más material próximamente, aumentando la expectación entre científicos y entusiastas del espacio. Este evento es un recordatorio de cómo la percepción de los fenómenos astronómicos puede variar dependiendo del punto de observación. Desde la Tierra o la Luna, cada lugar ofrece una experiencia única que enriquece nuestra comprensión del cosmos.
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