Las cuadrántidas son una de las lluvias de meteoros más espectaculares y activas del año, pero también una de las más difíciles de observar. Su período de actividad se extiende entre el 1 y el 5 de enero, siendo su máximo el 3 o 4 de dicho mes. Según la Organización Internacional de Meteoros (IMO), la tasa horaria cenital (THZ) de esta lluvia puede alcanzar los 120 meteoros por hora, lo que la sitúa al nivel de las famosas perseidas y gemínidas. Sin embargo, el pico de actividad es muy breve, a veces solo dura unas horas, y depende mucho de las condiciones atmosféricas y geográficas.
Las cuadrántidas se originan por el paso de la Tierra por la estela del cuerpo menor (196256) 2003 EH1, que a su vez podría estar relacionado con el cometa C/1490 Y1, observado hace unos 500 años por astrónomos asiáticos. El nombre de esta lluvia proviene de la antigua constelación de Quadrans Muralis, que ya no se reconoce oficialmente y que abarcaba partes de Boyero y Draco. El radiante de esta lluvia se encuentra cerca de la estrella η Ursae Majoris, en el extremo del mango de la Osa Mayor.
Para observar las cuadrántidas desde Argentina, se recomienda buscar un lugar alejado de la contaminación lumínica y con un horizonte despejado hacia el norte. El mejor momento para ver esta lluvia será entre la noche del 3 de enero y la madrugada del 4. Aunque las cuadrántidas son más visibles desde el hemisferio norte, desde el sur también se podrían apreciar algunos meteoros, especialmente los más brillantes y los que tienen trayectorias más largas. Se estima que desde Argentina se podrán ver entre 40 y 60 meteoros por hora, siempre que las condiciones climáticas sean favorables. Aunque el máximo queda enhoras del día, imposibilitando la observación.
Las cuadrántidas son una oportunidad única para disfrutar de un espectáculo astronómico que nos recuerda la belleza y la dinámica del universo. Si tienes la posibilidad, no te pierdas esta lluvia de estrellas que inaugura el año nuevo con una lluvia de deseos.
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