Los científicos han propuesto una nueva forma de aprovechar la energía solar desde el espacio: lanzar reflectores gigantes que iluminen las granjas solares en la Tierra durante las horas de poca luz.

La idea de los reflectores solares orbitales se inspira en un experimento ruso de 1993 llamado Znamya-2, que desplegó un espejo de 20 metros desde una nave espacial para reflejar la luz solar hacia Europa. El objetivo era demostrar que la energía solar se podía enviar desde el espacio a la Tierra. Los autores del nuevo estudio, publicado en la revista Acta Astronautica, creen que la tecnología actual permite construir y lanzar estructuras más grandes y ligeras que podrían iluminar múltiples granjas solares en el mismo órbita.

Los reflectores solares orbitales no generarían energía por sí mismos, sino que extenderían las horas de funcionamiento de las granjas solares existentes, especialmente durante la mañana y la tarde, cuando la demanda de energía limpia es mayor y a menudo supera la oferta de las fuentes renovables. Los reflectores se orientarían de forma que solo reflejaran la luz hacia las granjas solares y su entorno inmediato, minimizando así el impacto en el medio ambiente y la astronomía. Cuando no estuvieran en uso, se pondrían de canto al sol para evitar reflejar la luz al suelo.

Los autores estiman que cada reflector tendría unos 250 metros de lado y pesaría unas tres toneladas. El coste de lanzarlos al espacio dependería de la evolución de los precios de los cohetes, pero podría ser viable en unos años si se reducen a unos cientos de dólares por kilo. Los reflectores solares orbitales podrían ser una forma de conectar los sectores espacial y energético para acelerar la transición hacia la energía limpia y combatir el cambio climático.

Más información: Reflectors in space could make solar farms on Earth work for longer every day | Space